Don Oscar: Existen en su caso y el mío, dos cosas comunes. Guardando todas las proporciones y reconociendo que su servidor no le llega ni a los talones, ambos somos sin embargo guerreros ante la injusticia. Qué difícil es encontrar gente así y perdón por el guayabazo en lo que a mi responde. Su lucha en tiempos de Bours y la mía, en tiempos de Marín son la coincidencia que encuentro, ambos luchamos cuando el enemigo era difícil de vencer, ambos encontramos después de todo que la lucha vale la pena, cuando se lucha por la verdad, por la justicia y sobre todo por los demás. Mi caso, es la clásica lucha por lograr que un medico irresponsable se haga cargo de sus culpas. Dictaminadas por CESAMED Puebla, a petición de un Ministerio Publico simulador y ágil en la corrupción que el médico le propuso enturbiando la procuración de Justicia por cinco años .
Es increíble, los encargados de hacer justicia, investigar y consignar aliados por tráfico de influencias a Don billete protagonizado por el médico compra conciencias o encubre faltas. En Puebla, varios compañeros victimas de negligencia médica y de impunidad judicial, hemos encontrado que no somos un puñado de hombre y mujeres los únicos. Silentes decenas o cientos más, sufren la tragedia unos sin atreverse a denunciar por miedo, depresión, imposibilidad, falta de conocimientos legales, falta de pruebas, etc.
Por esas personas vale la pena seguir luchando, por ellas, pensamos en formar la asociación de víctimas de negligencia médica e impunidad judicial, guardamos experiencias, conocimientos y dolor, para ayudar a quienes sufren o sufrirán lo mismo que pasamos en nuestras vidas. A esas personas queremos hacer llegar artículos como el que a continuación le mando, para que sepan que en este país, en esta sociedad enferma pero no de muerte, aun se puede hacer algo por los demás. Así las cosas Don Oscar, creo que es bueno luchar juntos, para continuar expulsando demonios en nombre de Dios. Le mando mi agradecimiento y un fuerte abrazo. Síndrome de negligencia institucional. La salud es sin duda el derecho mas violado en México, en todas sus acepciones: física, moral, espiritual y mental. Mientras se suscriben y ratifican tratados y convenciones internacionales. Sin corregir los desaciertos del Sistema Educativo Nacional, la salud del pueblo seguirá deteriorándose. Existe violencia institucionalizada, corrupción e impunidad, en todos los campos, el deterioro se detecta en las instituciones de salud. El Estado debe escuchar la voz de la sociedad, a través de una asociación de pacientes. Para combatir la negligencia médica, corporativismo medico mal entendido, corrupción y opacidad, inobservancia de las normas oficiales mexicanas en materia de salud, irregularidades y mercantilismo alejado de la Bioética. Es necesario conocer lo que la sociedad piensa, para que exista retroalimentación médico-paciente. Desde el momento en que la pobreza extrema en el país no tiene garantizado el acceso a la alimentación y existen proyectos inconclusos sobre la preparación especializada de profesionales. Se viola el derecho a la salud.
Elena Poniatowska se refirió recientemente a la corrupción en la compra de los exámenes para obtener plazas en las residencias médicas. Eso dibuja un panorama sobre futuras negligencias por falta de preparación y/o vocación. Estamos frente al síndrome de la negligencia Institucional, los síntomas son: pobreza extrema, hambre, falta de educación, pérdida de valores, impunidad, corrupción y falta de veracidad en el trato de los problemas sociales. Los signos, no escapan a la vista de nadie: indolencia, apatía, falta de empatía, valemadrismo, impotencia, miedo e inseguridad social.
En Puebla, México se creara la primera asociación de víctimas de negligencia médica e impunidad judicial. Como antídoto para el síndrome de negligencia institucional descrito. En la medida que se permita a las victimas expresase, estaremos encontrando explicaciones a los errores médicos y ayudaremos a los Colegios medico a depurarse y a las Autoridades Judiciales podremos exigirle que trabajen apegados a derecho y se olviden de los beneficios que brinda la simulación y la corrupción.
La Universidad, es un lugar para evolucionar no un sitio para generar negligencia e incapacidad. Escuchen nuestras denuncias y la verdad histórica, es la forma de mejorar en Bioética y de de conservar la relación médico – paciente en niveles de dignidad. Errar es de humanos, lo comprendemos, pero la obligación de prever es algo que se está olvidando. Nuestra asociación pretende hacer que los médicos retomen sus obligaciones y dejen de justificarse en la iatrogenia.